
Desterrado para siempre del paraiso de la normalidad, donde aprendí a ser como soy, a respetar la tolerancia y el deseo por otro hombre. Lugar donde todo cabe mientras no tengas el lastre de las tres iniciales. Esas que nos persiguen donde quiera que vallamos, allá donde nos encontremos ellas estarán para recordarnos lo que somos o en lo que nos hemos convertido. Paraiso donde las sonrisas van acompañadas de una condescendencia insoportable e irritadora, como si no fuera bastante con tener que ver cada día a esas que nos obligan a mentir y a ocultar parte de nuestra vida, que nos obligan a tener secretos que tan solo algunos aguantan y que solo uno en cada mundo podrá soportar para poder amar. Esas iniciales que suenan un par de veces al año con descarada rimbombancia y a la que le debemos el hecho de merecernos la lastima y “comprensión” de los mas solidarios. Un destierro fortuito que nos obliga a desaparecer ocultos entre las risas y los bailes de las cuevas nocturnas. Un destierro que no perdona la sinceridad y que rechaza toda oportunidad de conocernos intimamente. Un destierro que recompensa esa sinceridad con frases de autocompasión y lastima….. somos parias del amor, apestados del cariño íntimo y donde solo cabe la amistad disfrazada de resignación. Seremos parias pero en nosotros esta el ser parias disfrazados de mentira y verguenza o parias libres y con el poder de encontrar a esa persona que recoga el testigo de aquel que nos amó y nos dejó por culpa de aquellas iníciales asesinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario